Mejor que las películas de Linklater. Mejor que todos esos toons de Daria. A la cresta con Mtv. “Lowlife” de Ed Brubaker y “Ghost world” describen el paisaje de la adolescencia como un páramo desolado, habitado por espectros, sueños rotos y tiempos muertos. Nadie va a ninguna parte. Nadie hace nada. Nada estalla. Todo es una mierda. El jazz viejo como el único punk posible. Philip Dick y John Cheever como únicos padres. Douglas Coupland como dealer. La poesía de Bukowski como plegaria. Eso. La idea de que todos vivimos en suburbios. De que alcanzamos ni siquiera para ser el motivo de una mala canción. Nada de nada. Comics secretos que pueden ser las dos mejores novelas que he leído y releído esta y la semana pasada.