Escribí un libro de postales urbanas que estoy corrigiendo y remozando y que va a salir en enero por el Mercurio-Aguilar. Escribí sobre ciudades y tomé notas y me puse a mirar con más atención. Leí. Compré una cámara fotográfica. Hice lo que hacen los cronistas serios. Me metí en el tema conseguí historias, modifiqué otras para efectos dramáticos. Estuve seis meses en eso. No paré. No tomé momentos de descanso. Y terminé el maldito libro, que me gustó bastante. Y, lo más raro, hacia el final no pude salir del tema y seguí obsesionado. Así que armé otro blog alternativo a este, un hermano mutante y disfuncional. Se llama street movie (peliculacallejera.blogspot.com) y funciona como partes de una película que no ha sido filmada: los fotogramas, las polaroids instantáneas que voy recogiendo por la ciudad. Grafittis, stenciles, avisos, juguetes. Los tatuajes de la city que se me aparecen y que no puedo evitar. A veces las imágenes van con notas. A veces solas. Eso. Bienvenidos.