Hizo de ángel caído.
Fue el rey de Nueva York.
Estuvo metido en un bunker casi cuarenta años, pensando que la guerra fría había devenido en un Apocalipsis mundial.
Mató a Dennis Hopper. Bailó y voló para superar la tristeza en el vestíbulo de un hotel desolado.
Se pegó un tiro en la cabeza jugando a la ruleta rusa y no pudo volver de Vietnam.
Cabalgó un córcel del infierno sin cabeza.
Sobrevivió a Vietnam con un reloj de oro metido en el culo.
Habitó el hotel New Rose.
Y ahora vuelve, listo para el próximo año: Christopher Walken, candidato a Presidente de los Estados Unidos de América.
Mejor que Huilcamán & Hirsch & Bachelet & Lavín & Piñera juntos.
Ojalá hubiera algo así acá.
Con ese garbo.
Con ese estilo.
Con esa maldad.
Con ese swing salido del infierno que es capaz de abrir a patadas las puertas del cielo.