cesantes
El sindicato de cesantes. Siguen ahí. Afuera de la plaza cívica de la Intendencia de la V Región. A metros de casi todos los edificios de la administración pública de Valparaíso. Hoy día se intentaron quemar. La Estrella, con su sensacionalismo los colocó en portada. La imagen es horrible y me provoca un dejavú. El año pasado, con Carla, vivíamos ahí. Nuestro departamento daba al frente. El caceroleo empezaba a las 8 de la mañana y terminaba pasado las cinco de la tarde el ruido era insoportable. Acampaban de noche, hacían fogatas y ollas comunes. Nadie hacía nada. Una vez llamé a carabineros por el ruido: un hombre le pegaba con un fierro a un farol a las 7 de la mañana pero ellos me dijeron que no podían hacer nada. Luego nos acostumbramos al ruido. Luego nos fuimos al cerro. Más tranquilo. A los cesantes, el tiempo los volvió invisibles, partes de un paisaje típico porteño, la miseria a la orden del día que el discurso patrimonial no puede tapar. Aún así, los cesantes nos obligaron a mirarnos al espejo y la imagen reflejada no nos gustó. Una sensación de vergüenza cívica que volvió hoy, cuando la mierda de portada de La Estrella me choqueó. Espero que la autoridad, sea quien sea, reaccione, haga lo que tiene que hacer, solucione o converse con ellos. Que dejen de hacerse los de la chacra. Que los vea por fin y por primera vez en mucho tiempo.